La Poética de Charles Bukowski.
©José Díaz- Díaz
Elementos para una poética del siglo XXI
La caverna, escuela de escritura creativa & American Hispanic Empowerment
La poesía cultista de T. S.
ELIOT, pareciera ser una de las excepciones
al resto de la producción poética del siglo veinte, en U.S.A El grueso de los que le siguen en esta
centuria, recogen con dolor el árbol que
roza los umbrales de la desesperanza.
Charles Bukowski (Alemania, 1920- Los Ángeles, 1994), es quizás uno de los
extremos de esta tendencia crítica que por la vía del cinismo descarnado, se
inmola en su poesía y en su vida para
protestar sin contemplación ni concesión alguna, la doble moral y la hipocresía
imperante que impone el Tener sobre el Ser, como valores supremos, en el
engranaje de una sociedad que evita mirarse a sí misma, para no asustarse del
camino errático que transita.
Tuvo grandes maestros que lo influenciaron desde distintos
ángulos. Ezra Pound, lo hizo desde una
tendencia liberadora de lenguaje y
conciencia. Henry Miller con sus
“Trópicos”, desmitificando el
tabú del asunto sexual; y Ernest
Hemingway, más en su poesía que en su narrativa, poniendo al desnudo el
orgullo de jugar a perdedor, siempre por la vía moral de la elegancia en el
sufrimiento.
Allen Ginsberg, pope de la poesía “beatnik”, (quienes se sienten
extranjeros en su propia tierra) le señala la angustiosa simbiosis del poeta y su medio con los
primeros versos de su conocido poema Aullido: “Yo he visto a las mejores mentes
de mi generación destruidas por la locura, desnudas histéricas muriéndose de
hambre...”. También Bukowski transita el camino que ya anteriormente Tristán
Tzara describiera cuando decía que “la poesía no es meramente un producto escrito,
sino una manera de vivir”.
En definitiva, su literatura se recrea en su propia miseria. La
materia prima de sus versos es extraída literalmente de su marginamiento
social, y de su limpia conciencia que ve
con ojos de inocencia el derrumbamiento
de su propio mundo en el muladar de unas circunstancias históricas nauseabundas.
Su poesía—que destila
amargura y humor negro— descarnada y cruda; cínica y voluptuosamente sucia, invita al lector a
emerger purificado luego de enrostrarle las llagas que a través del dolor obran
sus poemas como milagrosa catarsis para aliviar el desasosiego y el marasmo
existencial.
Charles Dubois definía la Literatura como: “El lugar de encuentro
de dos almas”.
Charles Bukowski, nos entrega en sus versos y en su narrativa la
posibilidad de ver el
lado oscuro de la nuestra. Su poema Melancolía, bien nos puede servir de abrebocas para acceder a una de las ventanas de su
desesperanza:
La
historia de la melancolía
nos incluye a
todos.
Me retuerzo
entre las sábanas sucias
Mientras fijo
mi mirada
en
las paredes azules
Y nada.
Me he
acostumbrado tanto a la melancolía/
que
la saludo
como a una vieja
amiga.
Ahora tendré
15 minutos de aflicción
por la
pelirroja que se fue,
se lo diré a
los dioses.
me siento
realmente mal
realmente
triste
entonces me
levanto
PURIFICADO
aunque no
haya resuelto
nada(...)
hay algo mal
en mí
además de la
melancolía. 


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