Alejandro
Rosales-Lugo, poeta…pintor
© José Díaz-Díaz
Ha llegado a mis manos un libro, o mejor, una preciosa revista de colección que me envió mi dilecto amigo mexicano, el poeta y pintor Alejandro Rosales- Lugo. Es una elegante edición bilingüe a todo color que sin exageración alguna y a lo largo de 237 páginas, alberga y fusiona un mundo total de su poesía y pintura que, como espejo y huella del autor, testifica la memoria de su entrega al ejercicio artístico.
Sopesados análisis y estudios críticos de más de veinte
distinguidos profesionales, entre periodistas y comunicólogos, pintores,
poetas, y profesores; investigadores, ensayistas y humanistas, avalan la
producción poética-artística de Rosales-Lugo, confirmando su condición de
artista integral. Coinciden en reconocer el elevado y bien logrado nivel de sus
textos y pinturas, consagrándolo merecidamente como uno de los artistas vivos
de mayor importancia en la Historia contemporánea latinoamericana.
El libro-revista, consigue plasmar una unidad de enfoque
crítico, que a mi manera de ver constituye un rasgo sobresaliente en la
estética de Rosales-Lugo. La unidad de enfoque está fundamentada en la
coincidencia de criterios para reafirmar la natural y doble condición del
artista-poeta, en la expresión de su arte verbal(poético) y pictórico. Como un
ensamble espiritual o una simbiosis en el oficio de poetizar y de pintar su
pluma y su paleta se fusionan y se convierten en una unidad indivisible que obedecen al deseo consciente, esencial y sustantivo
del artista de integrar su vida alrededor de estas dos vertientes del arte.
Y el artista lo sabe y por eso lo escribe así:
Escribo para pintar y pinto para
escribir. Es la motivación de mis sueños, de mis deseos guardados. Creo que al
paso de los años expresa las apariencias poéticas que tienen mis pinturas y las
apariencias pictóricas que tiene mi poesía. Opus cit. pág. 43
Así como en sus pinturas de pequeño y mediano formato,
también en los murales de gran formato, la obra del maestro Alejandro maduran
en un estilo inconfundible que rosa las fronteras del expresionismo y la
abstracción, siempre acompañados de la temática urbana de barrio y de pueblo
que expresa su relación de la gente sencilla y elemental, con el mundo
cotidiano que los rodea.
Es la misma temática de su Poesía que, en vez de utilizar el
color y la forma para captar el alma de su gente, ahora, con la magia de la
materia verbal, convierte el erotismo del color en erotismo del cuerpo. Yo
diría que su lenguaje verbal llega hasta donde el color no alcanza, y el
artista echando mano de todo recurso posible capta y expresa bellamente el
objetivo esencial de su humanismo: develar el rostro exterior y la conciencia
interior del mundo, la vida en el esplendor de su existencia.
Para terminar este breve artículo, los dejo con uno de sus
hermosos poemas de canto a la vida:
Collage
Como dos cuerpos de un mismo barro
Nos buscamos el uno al otro
La golondrina en el árbol
Con su verano de espinas busca
La sombra fresca del barro
Mi mano es una sombra de espina
Que revela tu cuerpo en reposo
Vuela tu pelo en mi boca
Viento sobre un árbol
Estoy bajo tu pelo
Collage
Como si estuviera en la sombra
Un árbol
La golondrina esconde en tu cuerpo el verano
Quiero poner mi cuerpo junto al tuyo
La sombra de una golondrina arriba de tus manos.
(El paisaje del cuerpo. Opus cit. pág 100).
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